Desparasitación

Un buen hábito

 

La parasitación normalmente, no es un problema grave, y tiene fácil solución, pero en animales muy jóvenes o enfermos, puede llegar a ser serio. En caso de no tratar nuestra mascota, el parásito será capaz de multiplicarse, y según el caso, extenderse, hecho que dificultará las posibilidades de éxito del tratamiento.

 

 

La desparasitación es una medida preventiva que se aplica con más frecuencia, dada la naturaleza de los parásitos y la facilidad de transmisión. Si no hay problemas, puede ser administrada por el propietario. El producto y la pauta, tienen que ser determinados por su veterinario, dependiendo de la especie, la edad y la situación geográfica. Es importante en los cachorros, pero no hay que olvidarse cuando son adultos, especialmente si nuestras mascotas conviven con niños pequeños, ya que algunos de estos parásitos también pueden infestar al ser humano.

La desparasitación incluye parásitos externos (pulgas y garrapatas) y parásitos internos (popularmente conocidos como gusanos intestinales).

Los productos más utilizados contra las pulgas y garrapatas se tienen que aplicar cada mes, y normalmente consisten en pequeñas pipetas que se vacían en el cuello del animal, procurando hacer contacto con la piel. Hay que tener presente que pulgas y garrapatas son muchas veces portadoras de otras enfermedades infecciosas y el control de estos parásitos, evitará problemas posteriores. La aplicación de estos productos, no debe realizarse dentro de las 48 horas previas o posteriores a un baño, porque la piel no está completamente seca e impide que el producto se extienda bien y sea efectivo.

Las pastillas para el control de los gusanos es cada tres meses, pero hay que preguntar al veterinario cuál es el producto adecuado para nuestra mascota. Los cachorros necesitan productos específicos que se administran con más frecuencia ya que son más sensibles y fácilmente sufren este problema. Si hay sospecha de infestación, ya sea por la presencia de heces demasiado pastosas o diarréicas, la observación de algún gusano en las heces, picor en el ano (hace que animal arrastre la parte trasera por el suelo para aliviarse), etc, es de gran ayuda llevar una muestra fresca de heces a la clínica, en un recipiente limpio y cerrado, por si hace falta un examen que determine que tipo de parásito.

La parasitación normalmente, no es un problema grave, y tiene fácil solución, pero en animales muy jóvenes o enfermos, puede llegar a ser serio. En caso de no tratar nuestra mascota, el parásito será capaz de multiplicarse, y según el caso, extenderse, hecho que dificultará las posibilidades de éxito del tratamiento. Además, puede suponer un riesgo para nuestra salud, porque algunas especies de parásitos, también pueden vivir dentro del ser humano.

Ramon Gayo
Veterinario

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